A veces a uno le da por pulsar el pause y ponerse en modo profundo e introspectivo para intentar entender de que va eso a lo que llamamos vida, quienes somos, de donde venimos, a donde vamos y todo eso que cantaba siniestro total. Para alcanzar mejor ese estado de paz y conocimiento interno se puede recurrir a aderezar comida con sustancias psicoactivas, a esnifar pegamento en barra o a golpear con insistencia la cabeza contra el estucado de la pared, que mira a ver si lo cambias, que el estucado ya no se lleva.
Y otras veces simplemente eres un colgao tan inmenso que te da por aderezar tés para ver como se te suelta la manita al dibujar y horrorizarte al día siguiente por lo monstruoso de tus creaciones.
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Retrato de joven con coleta en medio de la frente y algodoncillo en la nariz |
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Pues eso |
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Autoretrato del lado bueno |
eres una yanki
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